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  A modo   de   manifiesto   

1) Entendemos la música (tanto la instrumental como la cantada) como  conjunto de relaciones sonoras ( una poética)  más allá de la semanticidad inmediata del texto.

 

2) Conferimos el máximo valor a la melodía ( asemántica y, por ello mismo, capaz de múltiples significados) por encima de la palabra.

 

3)  Adjudicamos, pues,  una importancia relativa  a la Lengua en que están escritas  las canciones, es decir, al significado de sus textos, y centramos nuestro interés en las melodías que las sustentan y en la potencialidad emocional y expresiva de las mismas ( de la misma manera, por cierto, que tampoco importa mucho,  el significado de los textos en el  canto gregoriano, las obras polifónicas de Orlando di Lasso o las cantatas de Bach, por citar solo algunos ejemplos ilustres). Y no ya porque esos cánticos estén escritos en otras lenguas ( Alemán, Latín,  Italiano, etc. ) sino porque el propio tejido polifónico de las voces  y/o los juegos melismáticos de las melodías hacen imposible, y en cualquier caso, a todas luces  innecesaria, la “intelección  y comprensión del texto” - sin que ello menoscabe su belleza ni su capacidad de conmover más allá de cualquier significado-.

 

4) El repertorio del Taller lo constituye una selección de canciones y temas instrumentales, escogidos, de acuerdo a:  su riqueza melódica, su  calidad emocional-expresiva ( atmósfera, carácter, etc.), la poética de su texto ( cuando lo hay) y su condición de ser un clásico ( en el sentido de haber aguantado el paso del tiempo)  

 

5)  Consideramos la voz como un instrumento más al servicio de la expresión musical y  negamos  el papel despótico que, respecto a los otros instrumentos, se le ha asignado, especialmente en  la Música Moderna. Reivindicamos los músicos e  instrumentos  en que aquélla se sustenta, convertidos, en gran parte de los conciertos actuales, en una suerte de Karaoke-humano,  reducidos en el mejor de los casos a "los músicos invisibles que acompañan la voz” (o, lo que es peor todavía, en Playbak-enlatado donde los músicos e instrumentos que suenan ya ni aparecen en el escenario).

 

Por ello, desde el Taller de Música Global, hacemos un llamamiento, a todos los músicos para que se nieguen a aceptar ese papel de instrumentistas invisibles al servicio de “la voz”.

 

Por otra parte, respecto a la calidad de la voz, no dejamos de constatar, una y otra vez, cómo  voces consideradas buenas, incluso, excelentes, interpretan canciones horteras de ínfima calidad (o “destrozan” buenas canciones con una pésima interpretación) y cómo, en cambio,  “voces normales”  bien afinadas, pueden cantar canciones de excelente factura musical y/o poética. Y es que, aunque sea importante, la cualidad del instrumento no determina la calidad de la música interpretada.

 

6)  Tratamos de no prestar oídos ni atención alguna a los gustos y opiniones generales, respecto a la música. Dadas, por una parte, la evidente, y generalizada, ignorancia musical (ya se trate de  la llamada Música Clásica, de la Moderna o  de las procedentes de la Tradición -  la propia o la de otras latitudes del mundo-) y por otra, la constatación de cómo “el gusto” general musical no es sino el resultado de la contaminación  y manipulación ideológica y emocional efectuadas a través de las machacones campañas publicitarias del Mercado o inducidas por los Aparatos Ideológicos de la Realidad, que valiéndose del poder emocional  de la música, mantienen y difunden formas ideológicas (estéticas, sociológicas, políticas, religiosas, etc.) de entender  la Realidad  ( caso bien claro, por ejemplo, de las músicas folklórico-patrioteras y etnocéntricas  de todos los países y pueblos; pero también de otras muchas formas de música ideologizadas de manera menos evidente…)

 

7) Defendemos, en cambio, una reeducación auditiva y estética basada en la limpieza de oídos (renovación de la sensibilidad estético-musical) y en la adquisición de una cultura del sonido, una cultura musical (hoy prácticamente perdida tras el ruido ambiente en que se ha convertido "el arte del sonido") a través de la práctica y conocimiento de músicas periféricas y/o ausentes del Gran Mercado y, por ello, no lastradas con elementos mercantiles o ideológicos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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